Leticia, Amazonas. Una historia (2)



LETICIA, 1928-1964: Municipio, Inspección de Policía, Corregimiento, y Municipio
Por Jorge Enrique Picón Acuña
(Especialista Estudios Amazónicos, Universidad Nacional, Leticia, Amazonas)

"1928-1943: LA PRIMERA EXPERIENCIA DE LETICIA COMO MUNICIPIO

Vale recordar que antes de la Constitución de 1991, la República de Colombia desde el punto de vista político-administrativo, básicamente se dividía en departamentos, intendencias y comisarías, mientras que los poblados podían estar en las siguientes categorías: municipios, corregimientos, inspecciones de policías, veredas o caseríos.
La nueva territorialidad derivada del Tratado Lozano-Salomón implicó para el Estado colombiano la creación de un nuevo ente político-administrativo en el extremo sur del país, para lo cual se recortó una parte del territorio de las comisarías de Putumayo y del Caquetá dando origen a la Comisaría Especial del Amazonas, tal como lo ordenó la Ley 96 de 1928 . Así mismo, dicha Ley le asignó al nuevo poblado colombiano, el de Leticia, una doble connotación: 1°. Capital de la naciente comisaría y 2° La categoría de Municipio , sin el cumplimiento de los requisitos legales para tal categoría. Aunque no lo dice la Ley 28 de 1928, se supone que un motivo para tal determinación pudo haber sido la consideración del poblado, por parte del Estado colombiano, como un lugar geopolítico estratégico en la frontera peruana-brasilera, aspecto que si reconoció la Ley 69 de 1963 al considerar a Leticia como “centro fronterizo”, en esta oportunidad, cuando por segunda vez fue elevada a la categoría de municipio.
Con el marco jurídico del Tratado Lozano-Salomón de 1922, la expedición de la Ley 96 de 1928, la demarcación limítrofe emprendida por la comisión colombo-peruana (1929) y la puesta en marcha de la estrategia colonizadora focalizada inicialmente sobre el curso del rio Putumayo, quedó listo el panorama para la formal entrega de Leticia, por parte de las autoridades peruanas, a la Comisión Mixta colombiana encabezada por orden del gobierno del presidente Miguel Abadía Méndez en la persona del coronel Luís Acevedo Torres . La instrucción impartida por el gobierno nacional fue muy precisa: “…recibir de las autoridades peruanas y tomar posesión material (del caserío) en nombre del gobierno de Colombia”.
El hecho anterior se dio en la trascendental e histórica fecha del 17 de agosto de 1930, a partir de la cual se inició el proceso de construcción de la soberanía nacional en un territorio con una tradición de 63 años de administración peruana (1867-1930). Ese día, una reducida delegación representativa del Estado colombiano, sumado, también, a un reducido número de colonos colombianos, muchos de ellos recogidos de la selva amazónica tras la fallida aventura e ilusión puesta en el “oro negro”, empezaron a sembrar el sentido de la “colombianidad” interactuando con la mayoritaria población de peruanos, brasileros y en menor proporción de otras nacionalidades, para dar una nueva vida al naciente poblado colombiano.
En un acto de soberanía nacional fueron nombradas las primeras autoridades colombianas: Abdón Villarreal como primer comisario del Amazonas y el señor Roberto Ramírez Piñeros como primer alcalde del Municipio de Leticia. En 1931 la alcaldía contaba con una nómina básica de funcionarios compuesta por un secretario de la alcaldía en la persona de Rafael Wandurraga y el señor Pastor Castro Valencia como tesorero municipal . La personería municipal fue encomendada al señor Heriberto Uribe.
Con respecto al cuerpo legislativo del municipio de Leticia la Ley 96 de 1928, inicialmente, estimó la conformación de una “Junta de cinco vecinos nombrados por el Comisario Especial que tendrá las atribuciones que correspondan a los concejos municipales” . Bajo la figura anterior el alcalde Roberto Ramírez Piñeros (1930-1931), con el visto bueno de la personería municipal adjudicó gratuitamente a los colonos los primeros lotes de terreno de 25 metros de frente por 50 de fondo, a título de propiedad, actuando “de acuerdo con disposiciones legales y con las otorgadas por el concejo de este municipio” , beneficiando a los colonos colombianos recién llegados e inclusive a residentes peruanos y brasileros. En el marco de las primeras adjudicaciones de los terrenos urbanos no fueron considerados los indígenas.
En 1931, mediante la Ley 2ª la Comisaría del Amazonas fue elevada a la categoría de Intendencia Nacional. Llama la atención que en la citada Ley no se encuentran unos considerandos para tal determinación, tampoco un plan de acción para lograr la inserción del nuevo territorio a la vida nacional. El hecho claro fue que la comisaría, sin cumplir mayores requisitos fue elevada a Intendencia, inclusive, desconociendo a entidades territoriales más antiguas, como por ejemplo la Comisaría del Caquetá creada en 1912. En principio se podría interpretar la intención del Estado como un mensaje a los países vecinos de lo que empezaba a significar la nueva entidad territorial del Amazonas; pero mucho más allá de esto, tal como ya lo había advertido el intendente Alfredo Villamil Fajardo en el plan que propuso al gobierno nacional para la inserción del nuevo territorio a la vida nacional, dicho interés “sólo se resuelve con dinero” , a lo que se cruzaba la recesión económica mundial de 1930.
Los intentos por constituir el concejo municipal por elección popular tuvieron sus contratiempos, según un informe del intendente Alfredo Villamil elaborado en 1932, en principio por la “falta de personal idóneo” para conformar el jurado electoral de Leticia , sin descartar la desventaja numérica de los colonos colombianos frente a los extranjeros residenciados en mayor número representado por peruanos y brasileños. Para Villamil esta situación era tan apremiante que hasta llegó a insinuar en el citado informe la necesidad de elegir extranjeros en los concejos municipales, en el caso de las regiones fronterizas, sugerencia que, por supuesto, no fue aceptada por el gobierno nacional . Sin embargo, llama la atención que hacia 1932 y cuando oficiaba como alcalde el señor Heriberto Uribe, se desempeñó como tesorero municipal el señor Jacob Mamam, al parecer de nacionalidad siria .
En el marco del conflicto colombo-peruano (1932-1934) y como consecuencia del armisticio firmado en Ginebra el 25 de mayo de 1933, el territorio de Leticia fue administrado por una Comisión Internacional de la Liga de Naciones, un caso muy particular en la historia colombiana, que ocurrió entre el 25 de junio de 1933 y el 19 de junio de 1934, cuando se produjo la segunda entrega de Leticia, por parte del Perú a Colombia, después de ratificarse mediante el Protocolo de Río de Janeiro el Tratado de 1922.
A partir de junio de 1934, se reactivó la tarea del Estado, ahora con el intendente Ignacio Moreno Espinosa y el alcalde de Leticia, el capitán Carlos Bejarano Muñoz, cuando los sentimientos patrióticos, como consecuencia del conflicto colombo-peruano estaban agrandados; en ese momento el caserío de Leticia era la “consentida” entre los municipios colombianos, pero con una cruda realidad: padecía agudos problemas en los servicios públicos, sanitarios y en las comunicaciones con el interior del país, por lo que se requería una política de Estado que superara el concepto de soberanía nacional fundamenta únicamente en la presencia militar.
En 1934 el intendente Moreno, con la intención de organizar la administración, conformó la Junta Municipal de Leticia integrada por Tulio López Isaza, Samuel Arámbula, Roberto Vargas, Liborio Guzmán, Wenceslao Medina en calidad de principales y los señores Marco Tulio Valencia, Félix A. Villa, Pastor Castro Valencia, Manuel Narváez y Néstor Córdoba como suplentes; además, creó la Junta de Mejoras Públicas , cuyas tareas hacia 1935 fueron: a) mensura de terrenos, b) levantamiento del plano de urbanización con la ubicación de los lotes necesarios para calles, plazas, iglesias, escuelas y edificios públicos, y c) elaboración del reglamento de urbanización .
La categoría de Leticia como Municipio se extendió hasta 1943, cuando como consecuencia de la Ley 2° el territorio del Amazonas pasó de Intendencia a Comisaría y Leticia de municipio a corregimiento .
La primera experiencia de Leticia como municipio (1928-1943) arrojó avances en los siguientes campos: en el militar se instaló el batallón Juananbú (1934) después de la experiencia de 1932; en el económico se instaló la agencia del Banco de la República (1934), en la salud el servicio se garantizó con el Hospital Militar construido en la coyuntura del conflicto colombo-peruano; la comunicación de Leticia a través del transporte fluvial se fortaleció con la presencia de una flotilla de lanchas al servicio de la Intendencia y por iniciativa de los civiles se consolidó un espacio para la práctica del fútbol en la “Cancha Popular” (1936-1937).
Es importante registrar la expedición de la Ley 114 de 1940, que se aproximó a lo que podría ser una política de implementación de servicios básicos para Leticia, por cuanto se ordenaron las siguientes construcciones: muelle para cargue y descargue, edificio para las oficinas de la intendencia, edificio para la escuela de artes y oficios, edificio de mercado público, edificio para matadero y la instalación de las redes para alcantarillado y acueducto. Sin embargo, hacia el año de 1943 las obras ordenadas en una Ley de la República no estaban iniciadas.
La realidad en el año 1943 mostraba que los colonos seguían viviendo en condiciones muy difíciles ya que continuaba sin solución el problema de los servicios públicos (servicio de energía eléctrica, acueducto, alcantarillado), la comunicación por vía aérea con Bogotá era muy precaria, los servicios educativos incipientes; en general, Leticia como capital intendencial y cabecera municipal transmitía la imagen de una aldea pobre.
Por otra parte, las condiciones de vida en los demás corregimientos de la Intendencia rayaban con el total abandono estatal, panorama que colocaba en tensión la carencia de políticas estructuradas, por parte de las élites gobernantes, para lograr la inserción del territorio Intendencial y de la capital Leticia a la vida nacional, por lo que los títulos de municipio y de Intendencia Nacional fueron hechos protocolarios más que realidades traducidas en una profunda acción social; inclusive, los mismos compromisos del Estado no se cumplieron ya que las obras contempladas en la Ley 114 de 1940 no se habían realizado al inicio de la década de los cincuenta del siglo pasado".


Foto: Calle de Leticia, hacia 1946. (Archivo de JJPP)

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